La tarde abrazaba la noche,

como una serpiente a su presa,

yo me deslizaba en el limbo

del deseo de poder besarte.

de vez en cuando mi mano

se deslizaba entre tus dedos

como eludiendo el misterio de

la magia.

Tu me cuentas que hay alguien,

y sin remedio mi mano suelta

la tuya en señal de protesta,

como gritando de ira una lagrima

cae de mi mejilla.

Te das cuenta del certero disparo

a mi corazón, intentas abrazarme,

pero como hielo me derrito

entre tus brazos.

Lloras y me dices perdón, pero el

vinculo entre tu y yo se rompió,

como un vaso de agua que cae,

como una flor en pleno invierno.

No hay motivos para quedarme,

solo me resta volar y dejarte una

lagrima en la mejilla cuando

con un beso que intenta cortar

el viento te diga adios,

y mi mano suelta la tuya como

una rafaga de viento que

se enfria al volar sin más remedio

que dejarte atras.