Esa será tu cruz, la que tú misma has tallado,

sin tener que usar madera de ningún fibroso árbol;

pero se que has de cargarla e irás por distintos lados,

y al escuchar mi nombre te morderás los labios.

En la vida hay quién se forje tener su propio calvario,

o caerse de rodillas al enredarse en sus pasos,

y así creo yo que está pasando sin tener que imaginarlo,

y sin tener que mirarme en el espejo de algún otro pasado.

¿Por qué si te quejas tanto? De decir que siempre te he sido

un hombre muy malo,

¿Qué por mi culpa has sufrido? Que tus días he amargado;

si lo último que falta es verme por ti encarcelado,

o como perro que muerde que lo tienen amarrado.

Esa será tu cruz, aunque nunca hayas pecado,

pero no sólo es pecar otras cosas hacen daño;

y tú con tu necedad no empece pasan los años,

este humilde corazón en ruinas lo estás tornando.

Si acaso miras atrás después de haberlo matado,

sobre esas mismas ruinas quizás tú caigas llorando,

entonces será muy tarde porque pudiste evitarlo,

y esa será tu cruz que ya no estará a tu lado.

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