Tantas maneras de persuadir tu alma,

Obligándote a aceptar incluso aquello que te hace mal,

Renunciando a tus convicciones y anhelos,

Sintiéndote frustrado y marginado,

Por alguien que no entiende el verdadero sentido,

De tan maravilloso sentimiento,

Como es amar.

Tantas promesas que se dispersan en el aire,

Ni bien cruzaron el portón de mis labios,

Chocándose algunas con la crueldad de la hipocresía,

Con la realidad intempestiva,

Que me obliga a rendirme, aunque mi corazón,

De rabia e impotencia,

Muera poco a poco en lenta agonía.

Y aunque quisiera terminar con esto,

Con tan absurda mentira,

Y demostrar al resto que se equivoca,

Que es posible unir dos mundos distintos,

Y convivir en perfecta armonía...

Que el amor verdadero,

No conoce de edades, colores, o apariencias...

Y mucho menos entiende de dinero.

Aunque quisiera hacerlo,

Mis labio sellan instantáneamente,

Cuando vislumbro la tormenta que causaría,

Si a la luz de sus ojos necios,

Nuestro amor saldría...

Y aunque nuestro amor sea tan fuerte,

Es sabido que un sentimiento no puede,

Con un guerra entera.

Que el amor no cura, mucho menos la ceguera

De gente necia y absurda,

Que lo único que quisiera es desaparecerte,

Borrarte de mi memoria,

Y limpiar de mi blanca tez,

Las manchas que tu piel morena,

Pudieron dejar según su criterio idealista.

Tantas maneras de silenciarte he conseguido,

Pero no se hasta cuando vas a soportarme,

Hasta cuando toleraras el silencio,

La necesidad de ocultarte...

De negarte a ellos, de cierta forma matarte....

No se hasta cuando, mi amor...

Pero me abruma tanto,

Creer que todo esto,

Un día de mi, pueda alejarte...