Monosilábica, divina y atlética...

Con diez kilos de sobra en la panza

y un bigote que asoma en la estética,

y un lunar que no tiene templanza.

Con dos piernas que son un portento

cinco dedos que son las delicias

de algún pedicuro indiscreto

que entre callos halló sus albricias.

Qué decir de sus manos pequeñas,

de esas uñas que apenas subsisten

redondeces de tiempo inconcluso

más parecen granitos de alpiste.

Y sus ojos de gata maltrecha

que son líneas cruzando a destiempo

el derecho se va a la izquierda

y el izquierdo se va a la derecha.

Y esos labios fragor de la lucha

un plumazo de trazo de lápiz

donde alinean los dientes al norte

los de abajo no tienen donaire.

Qué decir de sus dos montes llanos

asemejan a extensas planicies,

donde no anidó ni el manzano

y su fruto secó en sus raices.

Aún así ella es diva del tiempo

cuando toma algunas copitas,

se transforma cual si fuera viento

cuando escuchas su voz y sus cuitas.

Es entonces princesa y reina

ya no es la más fea del barrio,

su dulzura se queda prendida

como quien sabe el silabario...

bebj