Me llamas con la excusa

de preguntar si te he llamado;

no se que pretendes, si dices

no querer saber de mi?

Quizás cuando ya no me tengas como antes,

aprenderás a valorar lo que un día

fui en tu vida.

Descubrirás lo mucho que una vez alguien te amó

y extrañaras la verdad de un amor sincero.

Esperaré, confiando en Dios,

que un día no muy lejano,

puedas darte cuenta que en la vida,

todo sucede por una razón.

Por una razón un día te conocí,

por una razón hoy me alejas de tu vida.

Quizás la razón de conocerte fue

el poder ayudarte a superar tus temores

y descubrir la belleza interna que hay en ti.

Quizás la razón por la cual hoy me alejas

es que no fuiste capaz de superar esos temores

y te encerraste en un mundo de sueños

que no te dejan ver más allá de tu realidad.

Pero hoy debo reconocer

que no fui capaz de ayudarte

como hubiera querido.

Pero Dios sabe que

lo di todo en el intento

y que en el intento yo también perdí.

Quiero que recuerdes siempre,

que aunque yo también he perdido,

aquí estaré por si me necesitas.