¡PUTA!

Ando enamorada del anglicismo que me oculta

las palabras tristes de mi propio idioma;

Idiotizada, reducida a una sola imagen,

yo, mis ojos, mi paisaje,

arriba de un cerro de hormigas,

debajo,

¡vaya!, ¡qué novedoso!,

abajo de la rata muerta;

Ando.

Escandalizada del fuego entre mis piernas

(puta, por ti puta, mil veces puta),

desilusionada con la servidumbre

de mis senos,

encallada,

ballena vencida por lagartos,

acomodada, tranquila, apacible, sensata,

mira qué niña tan linda

y tan harta.

Mírame.

Cávame hasta que grite tu nombre.

Perdido, sí, tú, sin modo para ser llamado,

mira que niña tan mediocre.

Ando obligada,

fingida,

tengo un papel exacto que cumplir,

me cuadro,

me redondeo a veces,

soy esférica.

No.

Soy este balde de pasado reciclado,

este manojo de envidias,

esta evasión increíble a verme de frente.

Soy una ciega maravillosa.

Tengo piedras en la sangre,

oye cómo suenan los cálculos de mi sangre,

oye como grita el fuego de mi pena infinita

(baja tu oído hacia aquí, entre mis piernas),

mira cómo brillan mis garras estelares.

Preciosa tu niña enferma,

sonriente tu loca triste,

sí, yo,

tú nunca,

a la gente sin cara no se le saluda.

Lluviosa, ajá, así ando también,

anonadada del tiempo que voy matando,

muerto, por mí muerto, mil veces muerto,

cobarde, holgazana, sumisa.

Tanto adjetivo y yo tan sola.

Sin ti.

Pero quién sabe si eres buena compañía.

Ahora dudo hasta de mi aire.

Me voy a callar un rato más,

veré si no me cambian el silencio

y me dejan de pago

la pura nada de tu recuerdo...