Cuando vea tu silla sin ocupar, y no escuche tu voz

te veré, se que estarás allí...pensando...

porque eras lento en el decir,

la sabiduría la llevabas a flor de piel pero hablabas cuando era menester...

escucharé tus opiniones sin diseños,

si amigo, yo las oiré,

porque olvidarlas sería no recibir la caricia del viento.

Nuestros encuentros sin ti ya no serán los mismo,

por lo menos por un gran tiempo,

porque la huella que has dejado

son de aquellas que no las borra una lluvia de verano,

ni de invierno, ni de ningún tiempo;

serás eterno en el sentimiento.

Tus pisadas parecían no sentirse cuando no era necesario,

pero allí estabas, esperando la estocada adversaria

para defender a los que amabas, a tu gente, tus compañeros de Milonga.

La palabra justa en la tristeza;

la compañía en la soledad de un rincón abandonado;

las piernas femeninas que nunca se quedaron sin bailar un tango estando tu,

caballero de lengue y sombrero...suave mirar

¡perdóname si lloro, es que no logro asimilar...!

ya no podías quedarte más, sólo el egoísmo de amor

te hacía estar... o es que no era tu momento...

Hoy,

allí te vas a quedar cubierto de adioses de blancos pañuelos,

 de flores de mil colores

porque la estación justa, Dios te hizo esperar;

así como fuiste en vida, lleno de alegrías, de entusiasmo,

de entrega, de valentía, de amante de la vida... de la mujer...

Gran varón de siempre, el dos por cuatro te pierde

¡hasta pronto!

espéranos allá

hasta que la parca también nos venga a buscar.

Jorgito

te queremos todos tus amigos, y en esta tarde soleada, sólo te decimos...

¡HASTA MUY PRONTO!

Margarita

07/01/07

Para un compañero tangómano, un Zorzal que se nos fue...