¿Mi imaginación?

Estoy caminando hacia la muerte,

me introducen en un pozo

siento el frío tocando mi piel,

el corazón late con miedo

miedo a la muerte con dolor...

Dolor que hace tiempo lastima mi interior,

y hoy se llevará mi vida

desde el exterior de mi rostro

cuando golpeen las piedras

de jueces y gente de mi pueblo.

La desesperación está oculta en mis ojos

mi sangre tiembla en la orilla de la vida

y la salida es la libertad que no tengo.

Deseo vivir... o morir

sin el dolor de sentir...

Cada piedra golpeará

mi alma en mi cabeza.

¡Tengo miedo!

Miedo que el tiempo se demore,

mientras pedazos de mi cara,

mis ojos, mi boca, soporten el impacto

que sacuda y abra

 la puerta a la peor de las muertes.

Lapidación, se llama lo que ¡van a hacerme!

No es suficiente condenarme a muerte,

necesitan el ejemplo y la satisfacción esos jueces...

Que todo el mundo vea

la primera piedra,

que espero que su golpe arranque

de forma certera mi vida,

sin sentir las heridas

abiertas muriendo en silencio...

¡No quiero ver!... lo que veo,

mis dientes con parte de mis labios sangrantes

en la tierra junto a una gran piedra.

¡No quiero morir así!  ¡No así!

Por favor ayúdame…

BASILISA.

Estas letras son de mi imaginación, pero esta ejecución llamada lapidación se practica actualmente en  África, Asia u Oriente Medio. Esta muerte es muy lenta. El Código Penal iraní estipula que la pena por adulterio es la ejecución por lapidación y es muy específico con respecto al modo de llevar a cabo la ejecución y al tipo de piedras que deben utilizarse. El artículo 102 dispone que para la lapidación los hombres tienen que ser enterrados hasta la cintura y las mujeres hasta el pecho. El artículo 104 dispone, en relación con la pena por adulterio, que deben utilizarse piedras «no tan grandes como para matar a la persona de uno o dos golpes ni tan pequeñas como para no poder considerarlas piedras».

Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.