Antes mi vida estaba plagada de sueños, de ilusiones, de esperanzas. Vivía en el mundo de la fantasía y la imaginación. Todo se conjugaba creando en mi ternura, tranquilidad y sencillez. Pero un día la realidad me mostró que todo el mundo que me había creado en la mente no era real solo una falsedad y se fue derrumbando lentamente, cayendo poco a poco, hasta que un día decidí cambiar mi pasado por una coraza, por una burbuja en la que nadie más que yo entraríamos y que nadie absolutamente nadie podría romper.

El día en que desperté de mis sueños me di cuenta que no es bueno vivir en mentiras creadas aun por uno mismo. Hoy no tengo inspiración para escribir, lo único que se de manera segura es que me encuentro en contradicción, ha pasado tanto que las ganas de llorar están aquí, pero a pesar de saber que están presentes algo las detiene y mi pregunta es muy simple ¿acaso al fin logre volverme de piedra? Nada de lo que recreé y volví real en mi interior tiene su futuro en la realidad que vivo diariamente.

Me siento como una máquina que espera las ordenes de un superior para continuar pero que no sabe por que camino decidirse. Para mi tantas cosas han cambiado mi perspectiva del mundo y sus actos, su realidad y su vida son muy diferentes a los cuentos de hadas.

La vida de las princesas no es en un castillo, si no al lado de la condición de la hermosura vana y lo exterior.