Soy la mujer que nunca supo atrapar un sueño,

que tuvo muchos, pero los dejé en mi lecho, dormidos,

y me levanté al alba para sentirme libre en el día,

y abrazarlos por las noches porque siempre me esperaban.

Mi arcano no me dijo que nací marcada en esta vida,

seguro le causé lástima y no quiso quitarme las ganas de seguir,

pero ya lo voy comprendiendo a medida que los años transcurren,

no le daré en el gusto a no continuar teniéndolos;

a vivir en las noches las más bellas fantasías,

que por lo mismo, intangibles no pueden ser realidad.

Ya no me quejo, ya no espero las quimeras que me hice una tarde

en que el crepúsculo estaba en rojo,

y cerró mis ojos con su resplandor de fuego.

Los espasmos de una existencia vacía los curo con sabiduría,

esa misma que fui recogiendo por los caminos que he recorrido,

que me han enseñado que el futuro es sólo promesa,

y que el ayer ya es pasado.

Soy artesana de mis propias tristezas;

se me endurecieron las manos de tanto hacer castillos en el aire

para destruirlos luego con un puntapié porque sólo eran sin sentidos.

Soy una caracola más que botó el mar, por vacía;

algún niño la recogerá para hacer un collar a su madre;

o quizá la tire antes de marcharse,

pero estaré allí, danzando al compás de la marea,

siempre...al compás de la marea...

Margarita

27/12/07