Amaneció este día

Amaneció este día tan nublado en mi precioso Quito y miro por la ventana las avenidas,

las gotas de lluvia golpean rítmicamente, cual galopar de los caballos, cuando trotan a paso rápido.

Miro el borde de las montañas con neblina, los árboles parecen dialogando con las nubes, en sublime

coqueteo mañanero, se escucha el trino de los pajaritos, que vuelan buscando

refugio, porque saben que la lluvia no va a parar en muchas horas.

Se ven en las calles los muchachitos apurados con sus paraguas, pues ya están casi retrasados, para entrar a la escuela, la que  queda a

pocas cuadras de mi departamento.

Después de un café caliente leo el diario, como lo hago casi todas las mañanas, me actualizo de lo que está pasando, no solo en mi país, sino en el mundo entero.

Siempre prefiero las noticias buenas, y casi nunca leo la crónica roja, pues considero que esta es un fastidio para el alma,

y creo que esa energía negativa, muchas veces nos termina

afectando y nos estresa demasiado.

Me entero de la muerte en aguas ecuatorianas de más de 50.000

tiburones, de todos los sexos y edades, esto antes estaba prohibido, pero nuestros políticos de turno permitieron la pesca incidental del tiburón en este gobierno.

Están asesinando a aquel pez que es tan importante en la cadena

alimenticia en los mares, pues limpia los el mar de peces enfermos y nivela los

niveles de vida marina, por los intereses del inmenso negocio de la venta de sus aletas,

para satisfacer los gustos de consumidores orientales,

que gustan de las aletas de tiburón, por sus

facultades energizantes y afrodisíacas.

Ellos no respetan los tiburones en peligro de extinción, como

lo son el tiburón ballena, peregrino, sardinero y tiburón mielga. Y los que pescan no son solamente pescadores artesanales,

sino grandes buques pesqueros que pescan con palangre.

Que triste que destruyamos nuestra vida marina, solamente por intereses económicos y que sigamos, sin

límite, agotando nuestros recursos naturales, sin pensar en las nuevas

generaciones. Actualmente para pescar una tonelada de atun se ha reducido el tamaño de los peces a la mitad y se necesitan más del doble de unidades, pues los atunes cada vez son más jóvenes y el recurso se está agotando.

Espero que cada uno de nosotros pongamos una semilla para

frenar esta barbarie y que respetemos la riqueza natural y el equilibrio

ecológico de nuestro planeta.

Vicente.