Me observo en el espejo. Miro mis manos y pienso que en alguna vez se llenarán de arrugas. Toco mi rostro que dejará de lado su suavidad y belleza juvenil y estará cubierto por experiencias de vida, surcado de marcas y en mi mente habrá un mar de recuerdos de todo lo que alguna vez fui. En ese momento voy a mirarme bien, voy a observar mi reflejo y sonreír. Porque seguiré siendo yo. La mujer frente al espejo, es la chica que soy hoy. Y la chica que soy hoy alguna vez será esa mujer. Y por eso debo cuidarla. Hay que amar. Hay que amarse más.