Quisiera ser humo de un cigarrillo para poder expandirme por la nada, que el viento toque mi cuerpo excitándome hasta la inmensidad y diluirme llegando al placer, quisiera que no dejes de mirar las figuras que hago para que no me olvides, me respires y me sientas en lo profundo de tu ser.

Que en cada pitada al encenderse el tabaco veas el fuego de mi alma, ojalá nunca se extinga, y cada figura que haga con cuerpo te recuerde que soy solo para ti, que al igual que la paciencia con que me tienes en tus manos, me tengas para yo llegar a ti, y que el humo de mi cigarrillo acaricie tu rostro aunque mis ojos no puedan verte y la ceniza de mi vientre se conserve para no sentir añoranza de los hijos que vendrán, solo esperame que yo espero por ti, aún mi rostro no se dibuja en el humo pero no te preocupes ni desesperes que yo llegaré por ti cuando el fuego llegue a la colilla el humo habrá terminado de dibujar mi cuerpo y tu imaginación hará lo demás, pero tendrás que vestirme con tus besos para que mi pudor no se manche y aunque renací de este cigarrillo tendrás que cerrar tus ojos y volar conmigo en el humo por la eternidad.