Besos en el alma

Los besos en el alma transfiguran la certeza

hacen de lo escuro claro con estética pureza

espantan la lejanía en contemplativa belleza

caducando por completo a la soledad indefensa

limpian el corazón de angustiosas turbulencias

valorizan la razón, el calor y la inocencia

hacen del amor y el odio la apacible diferencia

convirtiendo a esos dos cuerpos en cristalina querencia

y a esta relación fulgurante una dorada vivencia.

Por que han de ser besos que hipnotizan la clemencia.

Avasallan languidecidos de quimérica existencia.

Perdurando con los días de risueña somnolencia.

Desbandando así el calor que mitiga su presencia.

Iluminando penumbras con romántica sentencia.

Dejando invariablemente la armoniosa dependencia.

De dos seres que se aman sin soslayar diferencias.

Para anhelar un camino de razón y transparencia.

Sin importar los ribetes que atesora la incoherencia.

Enrostrados al dulzor de ilustres benevolencias.

Estos besos que dependen de la verosímil. paciencia.

Son vertiginosos y ralos ajenos a cualquier ciencia.

Que el aura de romanticismo recrudece y repotencia.

Para desterrar por completo las villanitas dolencias.

Y consabir multiformes ramalazos de experiencia..

Los besos en el alma, definición de estos versos.

Endebles ante la vida y rugientes ante el silencio.

Que en e amor da la prueba del suscitado misterio

Y muy profundo arremete con escéptico apogeo

Cosquilleando la franqueza de lo profundo y sincero.

Con figones de dulzura que nacen del firmamento.

Ósculos que censuran al imperturbable tormento.

Son frondosos de esperanzas y reencarnan en deseo.

Se aploman fraternalmente bajo el mar de lo reseros.

Rescatan con melodía al corazón pordiosero.

De ellos nace la vigilia y el poético desvelo.

De ellos nace aquel semblante de unos ojos con destello.

Perfumados de un aroma que encienden los sentimientos.

Divagantes sobrecogen el despiadado argumento.

Del romance fulguroso en un aporcado pecho.

De una cautiva mirada en éxtasis pasajero.

Besos arrogantes, afectuosos y sinceros.

Que prodigan indolentes en el recóndito estero.

Que pasionales reflotan en inspiración y suspiro.

Mascullando las bondades del fraternal presumido.

Ataviando cristalino al divagante adormecido.

En la frescura aciemada de un atardecer vespertino.....

Los besos en el alma que risueños enaltecen.

A un amor que cavilante a los cuerpos encrudece.

Quedan grabados en oro como el arte del orfebre.

En resonante presencia de un torbellino latente.

Atesorando templaza de este universo presente.

Con su afable tesitura todo lo turbio embellece.

En contemplativa belleza que desciende como afluente.

En percepciones agudas y sueños intransigentes.

De motiva calidez que con serenidad se encienden.

Emociones tormentosas que divagan inconscientes.

Adoptando la redundancia en peregrinar renaciente.

Y verosímil soslayan un romance incandescente.

Estos besos constituyen la imaginación obsecuente.

Como imaginar las estrellas titilando fuertemente.

Inconmovible divagan en intempestivo torrente.

Aguado en mágica cautela de luces intermitentes.

Se apodera del espíritu, primordial y resplandeciente.

Hurgando las artimañas de conciencias insolentes.

Retrepando en las penurias de esta vida indolente.

No son besos de una boca, son del amor solamente.

Se estrechan sutiles y quebradizos delicado y sutilmente.

Son los besos en el alma, razón de amar y ser fuertes.....