Concierto sideral

Irreverente y contingente…

la nocturna bruma que consume al destierro,

una noche sin estrellas, sin canto de grillos;

las aguas de un estero fantasma de sangre,

paisajes de una olla en la cocina a leña que hierve

a setecientos grados de angustia…

mar enfurecido de incomprendidas olas,

corrientes de alimento y hostiles lamentos

vanos suelos subterráneos de sentimiento.

Se escapa el segundero del reloj como cohete,

a las brisas del sideral espacio…

escurren y corren besos perdidos;

se encarnan las raíces en tu epidermis suave,

en mi una protesta de amor cibernético…

se confunden las palabras en un bosque tétrico

árboles escritos, ¡te quiero por siempre!

grabados en una corteza herida y amable.

Bella interpretación de un juglar

que hace gracia cuando atormentan los versos,

a la única musa abandonada, linda y delicada,

poemas como velas sumisas que se prendieron  

su desaparición es rápida, sigilosa a la sombra de una rosa,

almas prendidas… llama que se extingue…

es el efímero amor que se grita, queda escrito

contrario al espíritu, apasionado… y de piel;

bello concierto de estrellas y abandono.

Ramiro Deladanza