Labios rojos

y brillantes,

esperando a

Ser besados.

Prendas

que encajan

perfectamente,

esperando a ser

Estrenados.

Paseando por

las viejas

calles

de la ciudad,

en soledad.

Pero entonces

lo vio, con esa

sonrisa y ojos

profundos y

la mutualidad

Desbordando.

Dos personas,

diferentes,

pero iguales

En el alma.

Y esa noche

fue hecha

Para amar.

Él ablando

Su duro corazón.

Ya no se sentía

vacía, porque

ahora alguien

la hacía sentir

llena como la

luna

Y radiante como

el sol.

Quizás él se

aprovechó.

El beso sus

cicatrices

y heridas,

tristezas ocultas

Y rencores del

pasado.

Pero ahora,

sus heridas

volvían

A sangrar.

Nuevamente,

estaba en ese

sufrimiento,

en el que

alguien

te usa solo para

Sentirse lleno.

Como si fuera

algo

Desechable.

Su corazón

tenía

agujeros por

todos

Lados,

irreparables.

¿Qué haría

con

Ese corazón

quieto?

¿Y por qué

seguía

respirando si él

Ya no se movía?

¿Cómo viviría

ahora?

Volvía a la

cueva

de soledad,

sangrando

internamente por

sus graves

heridas,

y ya nadie podía

Salvarla.