Dónde mirar,

el sol no siempre está brillando

ó no siempre está,

el silencio de tu boca

es como una tormenta demoledora...

y te pienso,

y me pienso en otro lugar,

lejano,

cercano,

después de la tempestad,

antes del amanecer,

en el medio de la soledad.

Dónde mirar,

los cielos son iguales

y se parecen

a tus ojos infinitos,

llenos de un milagro

que nunca te puedo explicar.

Dónde poner las manos

que apuestan

y pierden,

pero ganan recuerdos a veces.

Dónde poner el corazón

mientras se piensa,

mientras se avanza

hacia el horizonte

marchito, indeciso y sin forma,

pero que existe

y debe tener muchos soles

y debe esconder

muchas risas.

Dónde torcer las miradas

para mirar los colores

de las cosas

y no la parte oscura

que confunde.

Dónde desplegar el camino

para llegar

a lo que se busca.