No hay concilio con Morfeo;

la noche en su calidez

exige escribir para ti, mujer.

Señora de mi Patria, del Norte, del Sur,

de los Cuatro Vientos,

quiero acunarte al calor de mis versos;

aunque no los pidas, aunque los desprecies;

con todo el sentimiento los deposito a tus pies

como ofrenda florida aromando a Sándalo

para suavizar tu melancolía;

hacer corriente de lágrimas secas en el desierto de tu vida.

 Mujer infante, adolescente, adulta, y las demás...

Muchas veces,

timón de tu barco sin timonel cargado de peces...

que penas

que ríes

¡ que mientes !

¡  que odias !

que silencias...

que amas

mientras tu alma cercenas en el mundo hostil

en donde, a veces, debes sobrevivir,

levantando cabeza para no tropezar con la vida

que siempre camina erguida.

Conoces del atropello,

ese mismo que rechazas,

pero cuando abunda pulpeas con tus brazos

para que no te alcance, ni a lo que es tuyo.

Mujer de ofensa callada

con la discriminación Notariada

en papel sellado de incomprensiones.

Se de las noches blancas

sintiendo la carne caliente de tu esposo, de tu amante, del furtivo

que se extasió contigo cuando estaban sus ganas,

tuviste como respuesta una espalda descargada,

hacia el rincón volteada, y hasta roncaba...

mientras en tu garganta quedaban los afluentes salados,

que por no conocer el camino que llevaba al río

para poder liberarse en el mar...y llorar...

Sabes de tus ollas, a veces, vacías;

como el llanto de tu crío;

como los movimientos de tu preñez

¿que esperas para después...?

Conoces de tus deberes, pero no muy bien de tus derechos.

 ¡ Despierta, mujer !

naciste bendecida, recupera tu lugar de honor

Eres la madre del mundo

Eres...¡ la madre de DIOS !

Margarita

24/01/08

Por favor, mis compañeros varones no se den por aludidos

"Corazón dictando...pluma plasmando"