De mi mano nada podran decir,

ha sido blanca y suave toda la vida

y ha servido a su amo grandemente

en alguna ocasion como ariete.

De estos ojos, como los picos de Europa

en sus laderas verdes y marrones,

vereis los filosos picos y salientes,

gloriosos hitos para quien se atreve.

Esta nariz, preciada heredad extraña

de una familia netamente hispana;

han dicho que sus formas tienen ego

y quiza sea un apendice, solo eso.

Amada boca, de mil besos autora

y de otros mil cautiva o ladrona,

tus labios son el puente de mi alma

en mucho de lo que escribo a deshora.

Piernas que me nunca me abandonaron,

kilometros de tiempo y vida ganaron

y como escudo de armas las llevo,

cada dia de marcha honran su credo.

Este corazon nunca atestiguara

lo que no piense justo o quiera

guardar, dira lo que juzgue necesario

y quiza con una pizca de sal.

La persona que soy, este cuerpo en que voy,

puede ser mejor y fue peor, pero nunca

habra malicia sin razon ni bonhomia sin destino

para los que crucen advertidamente mi camino.