Voy a esperarte hasta el alba

cerca de tu lindera

y conservaré intactos;

los versos que ayer me dieras.

Voy a jugar con los anillos

de tu negra cabellera

y adornaré tu figura

con los poemas sinceros

que de mi pobre alma nacieran.

Vas a ser de mi paisaje,

la obra más plena y más bella.

Te cuidaré con mi vida de ser necesario

y no es promesa de amor

que solo en versos… Tú leas.

Voy a esperarte hasta el alba.

Mientras quito de mí.

El recuerdo que aun me quema.

Y aunque no seas aquel.

Por el cual hasta la vida yo diera,

Demuéstrame que no es imposible,

construir una vida nueva.

Que siempre hay un nuevo sol,

aunque ayer; la tormenta fuera recia.

Que en los campos plantan mies,

aunque la cizaña crezca.

Demuéstrame que seguirás

a mi lado con tu siempre eterna grandeza.

Aunque afuera el viento,

peine su pelo argento

y afile su pluma guerrera

para atacarnos cuando él quiera.

Demuéstrame que no te irás

de este cielo turquesa.

Que seguiremos aunados en la batalla

sin regalarle la tregua,

que sus bríos apacienta.

Enciéndeme una fogata

sobre la playa maestra

y embriágame con tus besos,

bajo ésta terraza de estrellas.

Aunque tu rostro sea otro;

 aferrame a tu mano y...

Enamórame en la huella.