Quiero escribirte un poema de amor

de esos que no hice nunca;

algo como jamás se haya escrito,

y tengo miedo...

esta limitante que me acompaña desde niña

- temor a equivocarme para no ser castigada -

Llegaste a mi vida cuando menos lo esperaba

en un mensaje que respondí de una forma no indicada

- por lo mismo -

algo hizo que me retractara, y disculpas presentara...

-no es mi estilo -

Hoy estoy triste, nos despedimos enojados

¡y me duele, no es el alma solamente,

es físico, amor!

me duele el pecho como si algo me lo apretara,

y estoy aquí, atada de manos porque ya te has marchado.

Pongo al Cielo de testigo que en mucho tiempo

no hubo alguien que llegara a tocar las fibras más escondidas;

yo no quería, ¿y sabes por que?

por no sentir esto mismo que ahora estoy sintiendo

- otra vez...miedo -

Pelearnos por está vía no es bueno para los dos;

me quedo con las manos vacías de una flor,

esa misma que no tuve de ti hasta hoy , pero que me la invento...

te la llevaste con la despedida...

Trátame suavemente que soy una mujer que dice ser valiente,

pero ante este sentimiento

soy una frágil planta que nace a porfía en el cemento.

Contigo, quiero la existencia  que me queda

-eso que lo he dicho otras veces -

pero no hubo suficiente riego para que la semillla germinara.

No me conoces, ni yo te conozco más de lo que por aquí se logra,

pero te has metido bajo mi piel sin haber hecho nada que empujara

este sentir mío, ese mismo que siento en el vacío que dejas cuando te vas

y sólo me abriga el frío,

un frío de muerte, ¡y me maldigo! maldigo mi suerte,

porque yo quiero creerte, y hasta donde puedo te creo...

Abrázame ¡abrázame fuerte! , o lánzame a la corriente que lleve más agua;

esa que no me permita verte cuando el desaliento me desvanece.

Entiendo todo con palabras bien claras, pero no imperativas;

esas, si tu quieres, las guardamos para cuando compartamos la vida;

entonces, las cosas tienen soluciones, se conversan, se discuten,

porque se que estas ahí, viéndote a los ojos, sintiendo tu presencia;

dejando espacio para la total comprensión, la aclaración,

o el transar ante el malentendido.

No es este el mejor poema, porque el mejor para mi eres tu,

pero estas palabras que a nadie dije desde el fondo del corazón,

te las dejo aquí...

¡porque te amo!, y aunque sienta algo de pudor decirlo así,

estoy en tus manos, por ahora, todo depende de ti...

Margarita

11/12/07