Se que sabes, niña fiel,

hacia donde van mis ojos,

acusándome de antojos,

revolcándose en tu piel.

Si es un sueño esta sed,

me abrumó de fantasías,

resignado en la herejía

de intuir tu desnudez.

Voy perdido, niña fiel,

bien de lejos te despojo,

ya sin aire, gime el potro,

en mi hormona,...

No hace pié.

Y algo vuelve sin porqué,

(es la trama de este enojo),

pues derribas con tu arrojo,

Mil cerrojos,...

A esta sed.