Él, él es ese rayito de sol que sofoca al suelo rara vez en invierno.

Él es ese arnés que no piensa dejarme caer otra vez.

Él es dulce, dulce como una fresa en pleno febrero, ni un helado bajo el sol se derrite tanto como mi corazón cuando lo veo.

Dulce, pero fuerte. Él sabe que todo lo puede y así es como todo lo logra.

Él, él me dice que "soy demasiado" mientras me esta viendo desde lo más alto.

Él es un cielo, un cielo lleno de estrellas. Se que si me preguntaran qué es lo más bonito de él, yo perdería las cuentas.

Él es mi maravilla, es un cielo, uno lleno de estrellas.

Un cielo que quiero anhelar a toda hora, a todo momento.

Un cielo con muchas estrellas por ver y tantas por querer conocer en tan poco tiempo.

Él me saca el sueño, desde que llegó no hay momento en el que no este sonriendo.

Si me ves callada, mirando a la nada, no te preocupes; estoy pensando en el cielo, en mi cielo lleno de estrellas.

Y cuando lo extraño yo solo miro al cielo, al cielo lleno de estrellas, sintiéndolo en cada una de ellas.

Jamás pensé que los "buenos días" serían palabras que aceleren mi corazón, pero acá estoy, son las 10am y me estoy agarrando el pecho, muriendo de amor.

Desde que lo conozco me siento en páz, como al ver al cielo, un cielo lleno de estrellas.

Él, él le da color a mi vida de tan solo formar parte de ella, él es mi columna vertebral, él es mi chico especial. ☆