Retumba el eco de tus aromas,

un poro que se abre como estoma,

y suelta una lágrima de rocío,

un palpitar húmedo de los sentidos...

Es una tela fina y distante,

flotando en hebras deshilachadas,

a cada momento y en cada instante,

en tramas de olvido, abroqueladas.

Es el frío en el alma,

y el silencio de nieve y su quietud,

Es una rota calma,

un eco en el derrumbe y cruel alud.

Es la avalancha sepultando pasado,

es muerte sin piedades,

con tu ausencia y tu íntimo legado,

con impías y crecientes soledades...

Es el latir de alma inmersa en pasado,

Y un eco resonando en oquedades...

Un eco voraz sin tus latidos,

desgarrando la carne y los sentidos....

Son ecos del anhelo, en rugido,

tu ausencia voraz, es el olvido,

fino manto sepultándome en el frío...

ecos de anhelo, ecos perdidos...