Era un día de clima tenso y pesado

Cómo si no alcanzara con la pesadez que ya tenía mi cuerpo, ni la presión que mis pensamientos ejercían sobre él para mantenerlo inmóvil. No, hacía falta también un factor externo para que complete la tarea.

El arrullo de las palomas (que se parecía más al silbido de los búhos), traía consigo recuerdos leves que se agravaban en mi memoria con cada eco. Y el ladrido de los perros añadía el toque tormentoso que cerraba el conjunto.

Un día cualquiera, un día común y corriente

El mismo sol y los mismos árboles

La misma oscuridad.

El mismo diagrama inconcluso al que le gustaba romper las leyes y combinar elementos sin parar, hasta marearme.

Después de un rato una pausa y un mutismo total para que yo pueda descansar o cambiar de posición, taparme más, tal vez, en un gesto de auto contención que el clima siempre ameritaba (hasta cuándo las temperaturas contradecían dicho acto).

Entonces la mente "tranquila" podía dar continuidad al rodeo y aumentar sus exigencias e ir un poco más allá en una escala continua que llega al extremo. Es ahí cuando mi cuerpo tiene la aprobación y puedo moverme para seguir los impulsos o evitar el descargo.

Difícil decisión, pero aún más difícil es lograr el completo dominio de los sentidos y controlar a mi persona. El final depende de eso, pero a sabiendas de que solo cediendo ante la desesperación podré tener una nueva pausa , aunque ésta sea momentánea

Luego vuelvo al lecho y cierro los ojos. Y comienza el ciclo nuevamente.