Vivimos porque afortunados soñamos

despiertos con un venturoso mañana.

Mas los sueños que tenemos en vigilia

no son tan impactantes como lo son

aquéllos de la intrigante vida onírica.

Siempre los analizo cuando despierto

porque los considero representativos

de nuestra conciencia que no descansa

y está alerta de los atractivos caminos

que los soñadores corazones aspiran.

Sueño con situaciones que mucho miedo

a mí me provocan,con anhelos reprimidos,

con momentos tan dichosos con amados

seres que no quisiera nunca despertarme

y seguir sintiendo tangible lo tan gozado.

A veces me despierto sudada,impactada

por aquello vivido en ese mágico mundo

de los sueños;otras me quedo perpleja,

deseosa de vivenciar de manera similar

y atractiva lo tan detallado observado.

Y finalmente yo tengo algunos sueños

donde siento tan a flor de piel la dicha

que intuyo que ellos son premonitorios.

Está bien que esto suceda pues somos

optimistas y soñadores por naturaleza.

¿Quién no quiere la felicidad en su vida?

¿Acaso hay una prohibición para soñar?

¿Es desquiciado el que cree en los sueños

de la estupenda vida onírica si es la salida

cuando no bastan en la vida los intentos?

N.A.M

20/12/07

http://poemasdealma.blogspot.com/