El mago - LikeaPoem.com
El mago
Desde un extremo al otro se escuchan los
silbidos
de la gente que aplaude con gran excitación
aquel truco final que los deja aturdidos
sin poder darse cuenta que fue pura ilusión.
Asi se ha terminado otra noche de magia
y en el cuarto me quito el traje y el sombrero
mirando sus retratos con la extraña nostalgia
del momento preciso en que muere un lucero.
El dueño del teatro me ha dado una palmada
diciendo que seremos inmensamente ricos
pues mi magia es un algo que sale de la nada,
pura como los niños que cantan villancicos.
Pero no sabe él que a duras penas
mañana yo
daré mi última función
para luego volver a mis tardes serenas
lejos de todo público y de su maldición.
Pues nadie se da cuenta que más allá del
mago
hay un hombre que sufre por la silla vacía
que en la fila del frente es el amargo trago
que a diario se esconde tras una melodía.
Se llenará el teatro de niños impacientes
y hombres adinerados con sus damas de un día,
los que vendrán a ver las espadas ardientes
traspasar a mi cuerpo sin que muestre agonía.
Y aunque mi rostro diga que su angustia no es mía
debajo de la piel yo sigo siendo un hombre
que llora de tristeza por la silla vacía...
esa que cada noche reservo con su nombre.
Pues desde que no viene a presenciar mi acto
no recibo a diario, a mis pies, una flor
y aunque mi amor por ella se ha mantenido
intacto
ya no puedo aguantar, de su herida, el ardor.
Y así salgo
al tablado... ¡Qué comience la escena!
esta noche este mago no sentirá temor,
su magia calmará toda la pena ajena
sacando del sombrero... otro poco de amor.
José Quiñones
12/14/07
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