Fuertes fueron los temporales;

casi huimos ante las incapacidades;

descolgamos la hiedra de la pared

una y otra vez

para ver si allí, abajo,

encontrábamos un duende con la cara al revés,

y podríamos hacer trampas a la vida

con la ayuda de tus juegos de niñez,

como entonces, como después, como hoy...

La felicidad a veces no se escribe, niña mía,

porque tiemblan las manos, y no se por que,

será por el miedo a que se escape mientras plasmamos,

no se...

y  ¡ la vivimos  !

con ausencia de pluma y pincel

¡ nos reímos !

con los ojos brillantes y la cara humedecida.

Se amontonan las palabras,

no sabemos cual va antes , ni después...

se atropellan los vocablos,

se aprieta la mandíbula,

y sólo la mirada habla sin saber.

No quisiera ver nunca más perlas amargas en tu rostro,

aunque se que la vida es la que manda,

pero hoy, mi princesa, nos vestimos bonito,

nos tomamos un helado, y te miro de lado,

porque quiero gozarme en tu emoción,

como la que me diste aquel día

en que mi dolor bendito te vio nacer.

¡ VE, NIÑA !

la esperanza está allá afuera  

aguardando para que te hagas mujer,

y que seas

lo que siempre quisiste ser.

Te amo, gitanita,  ¡ Vé ...!

 *********

Margarita

27/02/08