El unicornio - LikeaPoem.com
El unicornio
Murmuró quejosa la noche,
cuando un cuarto menguante
cosquilleó su ombligo.
Carraspeó en mi ventana
invitándome al cortejo
de un galope de sombras
que vistieron mis ojos.
Sus corceles fantaseaban
en sus horas mudas,
con desvelos de sosiego
afilándose en mi vientre.
Anudé sin embargo
mi rutina con su trote.
Y opacada,
en la penumbra de su rostro,
una brisa caprichosa
pero tibia e incesante,
se internó en mi llanto.
Allí,
esbelto en su porte,
el blanco supremo galanteaba
a la caballeriza oscura.
Extasiada por su idilio,
me acogió el pavimento descalzo.
Y aluciné un presagio.
Comulgué con la armonía
de la hidalga silueta vibrante.
La pureza de sus luceros,
refugiaban al marfil
y lo convidaban al firmamento.
Gobernaba la belleza plena.
Latía en la negrura
su albino y desafiante contorneo.
Y en un cóctel de delirio,
o en un ágape de ensueños,
festejé la bendición sublime
de un mito en el recuerdo.
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