Tengo miedo de escribir estas letras;

temor de decir que te extraño

porque de nada me siento segura,

ni de ti, ni de mi.

No deseo vivir una aventura

¿por que he de creer en lo que dices?

no conozco tu sonrisa,

ni el brillo de tus ojos si me miraran;

en ellos podría leer, y quizá, entender

que esta vez podría ser duradero.

Hazme reír no quiero ser de nadie,

ni motivo de alegrones, si me fallas.

Muchos "te quieros" se nos escapan en las charlas,

cuando estás conmigo, y me das calma,

pero te vas, yo me pierdo;

vuelvo a nadar en aguas turbulentas

que me impiden avanzar,

y yo me pongo a pensar, donde y con quien estás.

¡Que más quisiera yo que enamorarme!

pero el amor cuando está naciendo es como un bebé :

necesita de cuidados, de mimos, de palabras,

y no sólo cuando está llorando,

si no cuando te obliga a alejarte de la cocina para atenderlo;

es un cuidado que no termina en el día

como en un horario de Oficina.

Siento miedo,

aunque no estoy de acuerdo con anidarlo

este sentimiento me está quitando el sueño.

Te estoy siendo bien franca,

como siempre lo he sido :

si sólo me sientes pasajera,

que no merezco más que unas cuantas horas,

a veces, interumpidas,

es mejor que te vayas por donde mismo viniste.

Me estoy ilusionando demasiado,

me da pánico que esto sea sólo un sueño

del que deba despertar cada mañana

mirando el reloj para saber cuantas horas me quedan

para decirte cuanto te estoy queriendo;

con esto, ya me estoy despidiendo...

Margarita

09/11/07