Latidos....sonidos de vida,

sonidos que me hablaron aquel día,

que mi niña venia.

Sentí que desde antes, ya la quería,

que de otra vida ella volvía.

Sabía...sentía que ya la conocía,

que jamas dejó, ni dejará de ser mía.

Llegó tan placida....casi dormida,

la tomé en mis brazos y casi reía.

Le dije, hola.... hija querida,

bienvenida a la vida.

La puse en mi pecho,

y me olvide del dolor que sentía,

lloré de emoción y de alegría,

sabía que desde ese día,

ella era lo único que importaría.

La mire extasiada...complacida,

vi en sus ojos que ella todo lo sabia,

que cumplió la promesa,

que algún día regresaría.

¿Me pregunté como te llamaría?

presentí que de algún lugar mágico venias,

había algo en ti ancestral que me decía,

que estabas llena de luna y de melancolía.

Monica..... me grito el viento,

y me detuve por un momento,

entendí que no era yo quien lo elegiría,

que era la luna quien te bautizaría.

Había tanto encerrado en tu nombre,

que no sé como ni donde,

llegaste a mi convertida en la hija,

que me sacó de mis raíces y me llevo a un país de sonrisas.

Creciste entre velas, inciensos,.......y colores

a veces seguro, y otras....llena de dudas y temores,

pero supiste rescatar de la vida los valores.

Fuiste mi niña querida....un poco engreída,

viniste con una lección casi aprendida,

trajiste de otras vidas algo que sabias,

y que poco a poco en esta vida aplicarías.

Y ahora cuando te miro,

le doy gracias a Dios por haberte traído.

Eres más. ...mucho más de lo que yo había pedido,

eres magia, y la razón de todo lo vivido,

eres amor y tiempo compartido,

eres luz en mis ojos,

y el sonido maravilloso de cada latido.

PARA TODAS LAS MADRES...

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