Es ahi donde los muertos reviven,

en el aleluya perdido,

el tinto que dejó de ser vino,

la sala en espera hacia un largo abordaje,

el ruido carente de dueño

que se estrella en veinte oídos,

se hace añicos la huella del ser querido.

herramientas de corazón podrido,

las iglesias y los ángeles reunidos,

el acabose latente y me rindo,

esto es odio disfrazado,

esto es tuyo y no quiso ser mío.

A seis metros de la superficie

y la tierra yuxtapuesta a mi piel,

enterrado por cuenta propia, no es suicidio,

es extraño, estoy muerto y a la vez vivo,

llevo un alma carente de cuerpo oprimido,

cansándose sin aire, sin oxígeno, en vilo,

mujer, quiérete, por quererme un poquito,

haste dulce un momento, haste miel,

si te haces más que solo a un lado

tendrás al fin un hombre fiel.