Siete de la mañana,

Viendo los primeros rayos,

Sintiendo la brisa que llegaba.

Al ver lo mágico que puede ser el mundo,

Te imagino venir por aquella parada.

Cómo aquellas mañanas,

Dónde yo iba y te buscaba;

Dónde el sol te alumbraba,

Dónde tú alma se manifestaba.

Llegabas y mis sentidos renovabas,

Con tu vos diciéndome "Cuánto te quiero",

Dicipabas cualquier ruido molesto.

Sólo se podía escuchar,

El viento que nos envolvía,

En aquel bello momento,

Cuándo nuestras almas se amaban;

O al menos eso creía mi corazón,

Cada vez que te veía y se agitaba.

Ahora son evocaciones,

de aquellas ocasiones,

Qué hasta el día de hoy se apreciaban.

Porque ya no puedo apreciarlas,

Sería un martirio para mi mismo,

Tenerlas en un rincón de mis entrañas.

Dónde posiblemente

no podré volver a tener

Mi vida en su punto de calma.

Dónde quieras que estés,

Desde lo más recóndito de mi ser,

Espero con el alma,

que te encuentres bien.

Autor: (SNLB023) Santiago Nahuel López Brito.

Miércoles 17 de Abril del 2024, Tucumán, Argentina.