Hay funeral de palabras,

seguido de un cortejo

de comas, punto y aparte,

de acentos, diéresis, versos.

Coronas de oes gritando

lamentando este suceso,

y unas ies controlando

que las estrofas que fueron

estén todas enfiladas

detrás del poema muerto.

Dejaron renglón desierto

las aes que decoraron

con redondez de sus cuerpos

frases de amor que hoy en día,

son solo tibios recuerdos.

Un tilde le da un pañuelo,

a la sinalefa triste,

para que enjugue su duelo

mientras lágrimas esdrújulas

se derraman por el suelo.

La vuelta a casa es amarga

ya no queda ni el consuelo,

de encontrar aquel grafito

diestro en su arte poetero.