Erase un domingo con El Sol en su zenit

los mayores salieron por diligencias

a cuatro niños encargaron una bebé

que dormía con profunda inocencia

La edad promedio eran 12 años

dos varones y dos hembras sin malicia

jugaban por toda la casa y de vez en cuando

a la bebé todos juntos siempre iban controlando

Entre los niños figuraba el hermano

de aquella tierna y frágil criatura

que bien acolchonada estaba en su cuna

mientras todos estaban disfrutando

con tiza y carbón se propusieron

dibujar un trigre en el patio de la casa

ya avanzaba la tarde cuando oyeron

de la bebé un grito desesperado

todos corrieron a la estancia

asustados por el llanto

viendo a la bebé en el suelo

bien arropada y lejos de su aposento

la baranda estaba arriba

las almohadas en su lugar

el hermano pronto revisó a la niña

que estaba intacta y dejó de llorar

antecedentes ya habían en esa casa

de dos niños que corrieron la misma hazaña

nunca nadie había explicado

aquella situación tan extraña

asustados salieron de la casa

dejándola vacía y en silecio

al llegar los adultos encontraron

sólo rostros confundidos y con miedo

indgaron, regañaron y se cercioraron

que la bebé estaba perfectamente

pero no creían aquella historia

que los cuatro aún tenemos en la mente