El día despertó como cualquiera,

Fresco invierno por la mañana,

Sol ardiente disfrazado de verano

Cuando el meridiano toco mi tierra.

Dispuesto a realizar de mis tareas la mas bella,

Salí a la calle por la tarde

Vestido de informalidad

Mezclilla azul, sudadera de un color pastel,

Calzados tenis livianos, decía mi abuelo

Aptos para el quehacer.

Caminé sin rumbo fijo

Y fui a parar en senderos de arrabal.

Me detuve en una plazoleta

Abandonada por cierto

Del vecino de enfrente, del de al lado

Y atacada por el transeúnte,

Del que arroja un bote de gaseosa

O de alguna bebida espiritosa,

Del maleante y de la autoridad

Y pensaba, esto tiene que cambiar.

En eso estaba cuando aquel chiquillo

Vestido de pobreza y alimentado del viento

Calzado de tierra y de banqueta

Por cierto levantada por la raíz de un abeto,

Se acerca y me interroga con la voz más dulce

Que colación de bolo navideño.

¿Qué estás haciendo? ¿Me puedes ayudar?

Y me extendió su mano y en ella aquel juguete

Uno que fue un día un carro,

Con tres llantas viejas y el color ahumado,

Mismo que seguramente lo merco en un basurero,

Se le había enredado un hilacho

En el gastado eje trasero.

Converse por largo rato y al final me di cuenta

Que palpitaba dentro de el

Corazón mas maltratado que el coche de basurero.

Le pregunté ¿Tienes hambre?

Me dijo: Todos los días,

Le cuestioné ¿Tienes Madre?

- Si acaso en fin de semana ?

¿Quién te cuida? - Una vecina de al lado ?

Me contó su triste historia

Y conmovido no tuve más que abrazarlo.

Recordé que había pasado por una tienda cercana

Le invité me acompañara,

Confiado accedió al instante.

Le compré un carrito nuevo,

Le invite unos alimentos y con refresco,

Me conmovió su ternura cuando espontáneo me dijo

¿Por qué no eres mi papito?

Le prometí ser su amigo y que iría a visitarlo

Y me aleje muy feliz de ver feliz al chamaco.

Al doblar en una esquina en la pared de una iglesia

Vi la imagen del Maestro rodeado de muchos niños

Y un escrito que rezaba ? lo que hiciste a mis pequeños

De cierto tendrá su pago ? y me alejé más contento

Prometiéndole al Maestro nunca dejar a mi amigo.