Hubo una vez una niña

que vivía en aquel sitio,

un hermoso jardín con una fuente,

y una lámpara siempre incandescente.

Los ángeles pasaban largas horas

velando por la niña,que amaba estar ahí sola

y otros seres de luz la acompañaban,

entonando canciones con música que Dios le regalaba.

Conforme iba creciendo,la niña se alejaba

de aquel lugar hermoso, y su luz se apagaba

hasta que un día perdida, se quedó desolada,

la llama de su luz ya no la acompañaba.

Fué buscando el camino,

preguntando a la gente, cómo volver allí,

pero le daban rumbos equivocados,

otros ni la escucharon,algunos la engañaron.

Muchos negaron la existencia

de aquel lugar sagrado,

más su corazón sabía que existía

y su fe le ayudó a retomar el rumbo.

Sola fué caminando,a veces,tropezaba

pero siguió su marcha paso a paso,

pues sabía que llegaría a su destino

muchos seres de luz, trataban de alentarla en su camino.

Pasó bastante tiempo, ésa niña creció

pero su búsqueda jamás cesó,

al final del camino, reconoció el paisaje

y al beber de la fuente,su lámpara volviióa iluminarse.

Los ángeles bailaron y los seres de luz

cantaron al Señor Bendito,

quien con su música divina,

la había guiado hasta allí.

Ésa niña fuí yo,muchas veces mi fe flaqueó,

pero jamás dejé de buscar la verdad,

hubo seres que me mintieron,otros me ignoraron,

pero hubo quienes me guiaron a mi origen a mi fuente, a mi luz...