Ocultaba sus bellezas

como dama encarcelada,

su blancura fue de cera

como vela no quemada,

en las retina de sus ojos

guardaba la bien amada

aquel caudal de antojos

que por verguenza callaba,

sus labios fuego querian

mi boca el fuego apagaba,

y como buen luchador

honrado y trabajador

de su cuerpo rejas quitaba,

dejandola al descubierto

entre senos y almohadas.

La mecha quedo prendida

de la vela no quemada

consumiendose mas tarde

en su verguenza callada.

Cierra la ventana amor,

que pueden estar mirando

los ojos de moradores

que me persiguen por años,

diciendo que son señores,

y mi sosten y corpiño

solo lo ven unos cuantos,

uno de ellos eres tu

y los otros cuadros santos.

Ya no olcuta su belleza

la dama de velo blanco

ya no es encarcelada

ni en tristeza ni en el llanto,

rebosante de alegria

hoy me confiesa su antojo

el que me retuvo un dia,

que fui presa de unos ojos

y de unos labios rojos

que en rejas yo moriria.