aquella tarde gris,

las estrellas fugaces

te abrieron un nuevo camino

al infinito de la nada.

el lirio se abrazo al trigo,

el olivo rindio sus ramas

y el murmullo de aquel rio

bajaba en su gran corriente,

bajaba del monte sin ganas.

fue aquel un ocaso perdio

que no veria otras mañanas,

senti llanto

senti frio,

al doblar de una campana,

se ma ha muerto,

se me ha ido,

la alondra de mi ventana.

cuentale al cielo tu vida,

pregona tu libertad,

que en mi se queda esa herida

que nunca se cerrara.

fui entraña de las entrañas

de una estrella fugaz.

aquella estrella se fue,

pero sigue en mi corazon.

para doña ISABEL CANTERO MORA.

mi querida madre.es lo menos que puedo hacer por ti,dedicandote este poema que se que te gustara estes donde estes,se que no soy buen poeta,pero en amor hacia ti,creo que mereces este verso salido de mi corazon,para que tu alma

lo recoja.