Mil recuerdos que ahora tengo,

alguno de ellos, a ti me vinculó;

es por eso que hoy te ofrezco,

esta pequeña versión.

Janet, se quiebra mi voz al nombrarte,

porque al hacerlo te recuerdo inevitablemente;

quizá mañana ya me habrás olvidado,

pero quiero que sepas que día a día te he recordado.

Recuerdos felices, tristes y siempre vivos,

ahora, gracias a ellos, lleno de alegrías vivo;

si aún te acordaras de mí, gracias,

espero que esas imágenes siempre te queden grabadas.

Cuando decidas ya no volver a leer,

estas líneas tan viejas;

terminará mi camino,

y pereceré.

Nadie sabe lo que tiene,

hasta que lo ve perdido;

sólo cuidan lo que hoy quieren,

y lo demás se va al olvido.

Alguna vez te ofendí,

quiero que sepas que fue sin querer;

aunque no lo creas, no era yo,

a pesar de que todo me incriminó.

Hoy te aseguro que yo no fui,

y, sin embargo, te pido mil perdones;

pero cambiando de tema,

te obsequio mis oraciones.

Gracias por toda tu amistad,

gracias a Dios por dejarme conocerte

y por ponerte en mi camino.

Gracias a ti por no negarme,

tu apoyo, tu ayuda y tu compañerismo,

pues, alguna vez, contra otros,

siempre confiaste y creíste en mí.

No olvido aquél día en el examen de ingreso,

yo te dije ?hola? y tú me dijiste ?adiós?.

Y aún sin comprenderlo,

sé que en éstos momentos eres feliz;

gracias al cielo he cumplido,

con lo que te prometí.

Si algún día estás triste,

cierra los ojos y piensa en mí;

una enorme sonrisa,

te volverá muy feliz.

Cuando necesites algo,

y yo te pueda ayudar;

no lo debes de dudar,

junto a ti está mi apoyo.

Ya con ésta me despido,

y te digo hasta pronto;

nunca olvides a éste amigo,

que trabajó como un tonto.

J.E.P.

(26-05-2008)