Liberación divina
No te pedí ningún sacrificio?
Sino la Piedad de no sacrificarme.
Más aun, si te era tan poco importante.
¿No sentir más mi Alma te hace sentir mejor la tuya?
¿No ver más a mis ojos hacen más videntes a los tuyos?
¿No oír más mi lenguaje hace más verdadero al tuyo?
Tal vez así lo creas, mas no lo es obligatoriamente.
Me venís a hablar de merecimientos?
¿Mereció Hijo alguno la Muerte alguna vez?
¡Sin embargo mueren!
No te apresures tanto en juzgar merecimientos entonces,
que no te es pertinente.
El Amor, ay niña mía,
no está para saberse?
Sino para obrarse.
Y el odio es el dolor que causa
al obrarlo contrariamente.
¡Sabemos lo infinitamente más poderosa
que es una caricia?
a una bofetada!
Ojalá seamos capaces de albergar el Perdón
en nuestros corazones algún día,
ya que absolutamente ningún ser humano está exento de pecado.
Y cuando hablo de pecado?
hablo del libre albedrío de poder equivocarse.
¡Aprendamos pues de los errores!
Nunca te volveré a dar un abrazo
en el que esté llorando yo solo?
Como un Boludo.
¡Ve con Dios!
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