En las fronteras misterios vagan en la oscuridad.

Fuimos ciegos no pudimos ver que siempre hubo mas.

Nunca comprendimos que nuestra mente giraba en un enorme espiral.

Pero los caminos nos dieron una chance de abrir los ojos y poder navegar

En este punto donde tenemos la mirada perdida llegamos al infinito y podemos descubrir otra realidad.

Derritiendo los impedimentos y creyendo que podemos mucho más.

Mas allá de lo que nos mostró la luz, hay flores púrpuras, un sol de oro y un océano azul donde poder navegar.

Allí es donde la mente se fusiona con el infinito y podremos controlar la eternidad.

Victoria Alejandra Quiroz © 2007