He dejado el verso abierto,

para derramar tu luz,

alegremente desnuda.

Para que tuyos y míos

hagamos de las palabras,

un concierto universal.

Un concierto de placeres,

y un derroche de osadía,

un sinfín de amaneceres

que velen nuestra estadía.

La estadía demencial,

coronada con colores,

de nuestras mágicas flores,

de nuestra tarde crucial.

Privilegio del destino

elevarnos en el verbo,

que al unirnos fiel testigo

es del arte de bordar,

pinceladas de racimos

de pasiones, de ansiedad.

Elevados en el verso,

alcanzar la simetría,

de las estrellas fugaces

que maquillan noches frías?

Descendiendo dos audaces

abrazados a este sueño,

ya bañados en suspiros

nos quedamos en el suelo,

como niños?

Y reímos.

Y la risa se hace canto,

el abrazo se alza eterno,

el suspiro con la estrella

reverbera en la ilusión,

de dos niños que se ufanan

ante el otro y su mirada,

toman vuelo y dan al juego

la mas dulce bendición.

Y estos versos bendecidos

por la mágica pasión,

dejarán entrecortados

los encuentros fatigados,

en auroras celestiales,

y en vestidos de ilusión.

Dueto

Dibary

Asaliah