Las reflexiones vienen a mí

en cada momento que se presenta el silencio,

o cuando yo misma

me ausento de la realidad

y hago en mi mente

un espacio para ellas.

Muchas son las ideas que se presentan

pero cuando quiero

que los demás las vean,

en mi interior,

escurridizas, huyen a esconderse.

Intento

que en mí solo se encuentren

nobles sentimientos,

y que una luz

sea la que habite en mi corazón.

Una luz que me rescate

de la oscuridad de este mundo,

y que me transporte

al puro sentimiento de la paz.

Pero esto solo sucede dentro de mí

lo siento, lo palpo.

Pero las personas son prejuiciosas

y se dejan llevar

por lo que aparece a los ojos.

¡Qué sabio fue Dios

cuando al crear al hombre y la mujer

los hizo desnudos,

y ellos vivían felices

porque no había prenda

que distinguiera clases y niveles,

ni ricos ni pobres!

Deseo con todas mis fuerzas

que todos vean esa luz

en el interior de quienes la tienen,

y sólo se rijan

por esos nobles sentimientos

como el amor, la paz y la igualdad

y sólo así

vamos a aceptarnos

y a convivir en unidad,

de la mano con la felicidad

por encima de todas las cosas.