Inconscientemente me acorde de ti,

fue tan solo un pasajero pensamiento,

pero que marcó el desenlace del día

y conquistó la penumbra de la noche.

Eres insaciable motor de mi existencia,

clara luz en apariencia

que me distorsiona en el venir de los desenlaces de mi inconsciencia

y apaga la monotonía de cualquier rincón sin indulgencia.

Es un momento en el tiempo,

que con el paso de los años,

se recoge en mi mente

y trastocas lo efímero del momento.

No sabría decir quien conjura a quien,

pero clara tengo una cosa,

que la verdad victoriosa

saldrá a relucir en el momento que,

irremediable llegue nuestro esperado fin.

Ante todo decir una cosa,

que aún cuando ahora te crees la más grandiosa,

llegará algún día un cualquiera que te dirá

de qué y como debes morir, nada de nada victoriosa.

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