Porque antes que el cordón se cortara entre nosotros

apareció usted como silenciosa hada,

con dagas escondidas y afiladas buscando un motivo,

inventando coincidencias para que en usted se fijara.

De su juego, siempre me iba enterando,

y como el fuego a mi se me estaba apagando

le dejé libre la pasada porque yo me iba en retirada,

su desfachatez ya me estaba molestando.

¿A que viene ahora después que abandonó el nido

que ocupó cuando, todavía, tenía el olor mío?

Quiero que sepa, señora, que sobre el suyo no me acuesto yo,

aunque estoy segura que está lejos, pero bien lejos de su amor.

¿Que pretende hoy con esos desplantes de atenciones?

¿Que de nuevo le lance el ramo, o se lo ponga en las manos?

Hoy no me da la gana, y pregúntele a quien siempre llama

cuando quiere compartir el mejor vino de cosechas pasadas.

¿Sabe? la vida da oportunidades, yo se las di una vez

hizo mal uso de ellas, o no lo supo retener

porque, ayer, cuando usted lo visitaba llegué yo

pareció que se inquietaba porque bien pronto, cabizbaja se largó. 

Estoy yo de nuevo, por caprichos del destino,

como soy ave de paso no siempre voy por el mismo sendero,

pero nunca olvide que no usaré lo que usted usaba;

una cosa le digo, cuando tenga dudas, ¡pregúntele!

pregúntele a quien siempre llama...

Margarita

29/10/07