Podría escribir palabras

por miles para hablar de ti.

Podría decir por ejemplo

que llegaste a mi vida cuando no podía ver,

que apareciste de pronto

y que me ayudaste a encender

nuevamente esa luz que habían apagado en mi...

Fuiste, eres y serás siempre mi amigo,

aún cuando la vida nos separe,

aún cuando dejemos pasar

tanto tiempo sin vernos que ya

a penas recordemos nuestros rostros.

Nunca fuiste asiduo a hablar,

siempre estuviste muy presto a escuchar,

pero hoy, quiero ser yo

la que acompañe tus pasos,

quiero ser yo

la que pueda prestarte

mi hombro para llorar

como lo hiciste tú conmigo antes.

Quiero que sepas que pase lo que pase

estoy aquí, incluso cuando no quieras verme

sabré desaparecer

y reglarte el tiempo ausente que te haga falta.

No olvides que no me he marchado,

que quizá hoy este un poquito más lejos,

pero que aún podemos compartir

ese helado de antaño

o tomarnos ese café universitario...

Porque estuviste para mi en ese entonces,

y hoy que necesitas mi presencia ausente,

estoy aquí, para cuando quieras llamar...

TE QUIERO AMIGO... ESO NADA LO PODRÁ CAMBIAR