Las contraídas matrices del amor

ajenas completas a nuestras vidas

van dejandonos sin defesas

aunque la historia no es lo que cuenta.

Pronto estaremos mi niña tu y yo.

mirandonos con temor y con ansias

extendiendo nuestros brazos mas allá

de las ganas que tenemos en el alma

pronto estaremos ¡Sepa Dios cuando El quiera!

para vivir los tiempos no vividos

para disfrutar de nuestras risas unísonas

mi niña, tú y yo y recuperar lo perdido.

Pronto estaremos mi niña

ansiando besos santos, caricias tiernas

para poder abrazarte hoy y siempre amor,

por todas las ausencias tuyas eternas.

Pronto estaremos para amarnos otra vez

en los recreos que Dios nos dà en esta vida

para versar con pluma igual nuestras almas

pronto estaremos mi niña, mirando juntos el alba.

(Para mi hija preciosa Mharia Verónica Leiva Orrego)