Ya de mí qué puedo decir: deseas saber de la mujer que dejaste un día sin pensar en el daño que le hacías?

Te lo diré. fué duro quedar sin ti, pensé que moría,

Ya no pude ver las rosas, esas tan hermosas del jardín del mismo modo,

Hasta, ellas se marchitaron.

Mis ojos que lucían brillantes llenos de amor, se volvieron opacos y tristes.

Mi alegría se apago como una lucecita que no pude volver a encender.

Pero a pasado el tiempo, y el dolor se hizo mi amigo, y la pena mi compañera.

Y tú vuelves y preguntas ¿Cómo estas?...

Puedo decir, que ya no te amo. ¡mentiría ¡

Porque ahora que miro tus ojos esos ojos profundos, veo en ellos,

Esa luz que yo perdí y me doy cuenta que te amo, sí, te amo igual que antes.

Pero no te lo diré, no. lo guardare en mí sin decirlo; solo a este papel

Que no leerás jamás.

Pero sabes algo? ya no me hace daño amarte.

Porque se que este amor será hasta que dé mi ultimo suspiro...

El de mi muerte.