Cuando la noche acude a mí, y me acuesto entre mis sabanas?apoyando sobre la almohada, pongo mi mano cansada. Y al atrapar oxigeno para la vida, me reencuentro, con un aroma, que me resulta cercana y como rayo de luz, a mi mente viene, su nombre. El nombre de ese olor calido. Con pequeñas gotas, los recuerdos caen.

Miradas intensas, llenas de enamoramiento entre dos personas. Pequeñas caricias, suaves pero intensas, hacen caminos por cuerpos deseosos de pasión.

Con unas palabras tiernas, le dicen a un reloj, -para el tiempo, y déjame oírlas sin tener limite de segundos.- Abrazos, muchos besos, gestos inolvidables. Amor perpetuo.

Lo que se llega a crear entre dos personas amándose, si necesidad de parar el momento. Instantes de ensueño, al lado de un ser maravilloso, repleto de lo mas grande que una persona puede dar. AMOR.

Sin límites lo muestra, me lo hace sentir, ver, apreciar, pero sobre cualquier cosa, me hace amarle, como nunca antes lo hice. Puedo describir todo lo bello que posee, el ser de mi vida?

Su caminar; su pasos con elegancia y sencillez. Las grandes y fuertes manos; que acarician con una ternura, que llegan ha hablar del amor con un simple roce con la piel. La conexión táctil con mi mano y unidas recorren, lugares, momentos, nuestros cuerpos?

Suspiro, al evocar aquellos brazos que llegaban a rodearme, con tal pasión, que me crea, una sensación de felicidad eterna. En el momento en que ellos me susurraban lo que sentían, mis pequeños brazos, se mezclaban entre ellos, y le dictaban palabras exacta que ellos mismos llegaban a pensar. En noches de pasión y amor, y ternura. Las noches, en que dormíamos juntos, entre un abrazo, o apoyando mi cabeza en su blando pecho, dormíamos calidamente, yo posando, a lo largo de su bello cuerpo, mi brazo, para toda la noche, y él sus dedos sobre mi hombro.

Y así noches enteras amándonos. Y que decir de su hermoso rostro? Los ojos tan preciosos como la luna que me mira y me enamora. La nariz que me encanta, darle suaves besos y hasta a veces morder despacio sin hacer daño. Sus mejillas tan perfectas, que me atraen para acariciar, y posar mis labios en cada rincón de ellas. Cuando se agrandan al crearse una enorme y fascinante sonrisa. Que surge de unos labios, que me llevan a la locura. Los besos que transmiten, dando el aire, la vida y el agua, calmando la sed.

Aquellos labios, que puedo palpar con mis dedos, y notar, lo suaves que llegan a ser y lo tentadores que son para besar. Y su cabellera, oscura como la cúpula de la noche, como la oscuridad de unos ojos cerrados. Tan largo y espectacular. El cual me apasiona tocar, y ver como recorren mis dedos y mis piernas cuando se posan para descansar. La descripción perfecta del ser de mi vida, el cual me la da. Tiene tantos detalles maravillosos en él. Dentro y fuera, a bien ver.

Cuando le miro? Observo y contemplo, ante mí la perfección. Y es, él ser al que amo. Ni príncipes, ni caballeros.

Mi vida, mi pequeño.